miércoles, 12 de diciembre de 2012

Las cosas de dos


Eramos perfectos a nuestra manera.
Canciones de dos,cuatro copas y un beso adornaban nuestras madrugadas.

Cada detalle lo hacíamos nuestro: una sonrisa forzada, una hoja marchita, una tarde con lluvia, una broma improvisada.

El tiempo se esfumaba. ¿A quién le importaba?
Segundo a segundo transcurrían,
cada uno de ellos, felices,intensos de diferentes formas.

Inmersa en un sueño,te imaginaba: radiante,seguro,imponente.
En él solo se pronunciaba el sonido de tus pasos.
Y me mirabas fijamente, con esos maravillosos ojos.
El mundo se levantaba cada día para ver la ternura en ellos.
Y cuando se acostaba, estaba triste por ya no verlos.

Ese era mi mundo.
En el que sobraban las palabras,
en el que guardábamos los momentos que queríamos revivir.

Desperté, sin abrazos,sin razones.
Envuelta en recuerdos, viviendo solo de ellos.
Respirar dolía. No olvidar derrumbaba.
Una mitad de algo se había marchado. No lo recordaba.

Y ahora, que esa mitad se siente una,
que esos sueños no necesitan ser soñados.
Que los amaneceres los decoro con mis sonrisas,
no con las tuyas...
Vuelve el sin sentido.
Suena nuestra melodía una vez más.
Quieren llenar las madrugadas nuevos besos:
sinceros,sentidos y arrepentidos.

Porque las cosas no debieron ser así dices.
Y porque es verdad dicen, que en las cosas de dos,
amamos lo que envenena,
luchamos por lo que añoramos,
y el adiós apena.

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