jueves, 18 de abril de 2013
Big City
El tiempo pasa lentamente
rozando el suelo y las baldosas inundadas de las colillas.
Pasa lentamente,mientras el viento humeante nubla las ventanas.
Esta vez no son los cigarrillos,es aquella niebla áspera y ruda
que atraviesa junto con la brisa la espesura, y no nos deja reconocernos.
Calles,edificios...sólo se admiran laberintos,
cuyos faros son los semáforos que guían a algún viandante que se ha perdido.
El desorden,los pitidos,el ruido chispeando los oídos.
Al menos les queda el gusto y el tacto,pues lo demás está desolado.
Se han olvidado de todo lo que no es este gris.
Ya no recuerdan ni el sonido del silencio.
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Muy bueno Cristina, me encanta este tipo de poesía oscura.
ResponderEliminarMuchas gracias!!
ResponderEliminarBonito, refleja cualquier ciudad, me ha encantado.
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