Te estoy deseando demasiado.
En mis dos labios queda
Albergado tu nombre
Son letras que envenenan
La amargura de noches en vela
De insomnio apaciguado por no pensarte
Por no latirte demasiado
Entre los cristales empañados
Marcados de tu respiración
De tu olfato presenciando mi sufrimiento
Al querer pronunciarte palabras que ni yo entiendo
Hacer gestos que ni siento
Porque no puedo gritarte al oído lo que pienso
Que lo sabes
Más que cualquiera en este mundo
Creo que lo ha dicho un corazón
Guardado en una caja de madera
Expuesta en una vitrina
Vendida para ti en rebajas
Que sin serlo te saldría gratis
Quizás podría cobrarte una sonrisa
De esas que te salen de repente
Y hacen que canten mis pulmones.
Quizás podría regalarte el cielo
Más que el mundo entero
Y sumir al resto de mar solamente
Para que entiendas la felicidad que produce
Cada gesto tuyo por pequeño que sea
Que me borra los sentidos
Que me envuelve en caras de niño tierno
Que me devuelve la inocencia.
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