domingo, 30 de agosto de 2015

Tú y yo

Tú en tus besos
yo en mis versos,
y tú en ellos.

Un manantial negro que se come a dos viejos en los huesos.
En los huesos,como me deja tu no querer.
O qué. ¿Qué sabes de eso?

Ni sé de tu sombra ni sé de tu nombre.
Demasiado me haces pensar que no puede ser para que pueda ser.

Pero mientras qué.
Tú vuelves, pelo al viento. Para qué.

Perdida en mil playas, en mil fiestas.
Y yo en cama.

Soy de esas que sueñan para despertarse antes.
Que juegan con las casualidades para que vengas.
Y qué.

Tú no lo haces. Al menos queriendo.
Pero sin querer te salen todas esas cosas.

Tus palabras son hilos enredados entre los dedos.
Por eso prefieres el silencio.

No importa si hablamos en lenguaje de sordos, morse, o gestos.
Pero hablemos.

Hacen falta esas pausas entre las frases,para dar significado a tropecientos
qué digo, demasiados cientos de segundos pensantes.

De ideas en el aire que no se pueden reproducir, solo visionar si son ciertas.

No es tan fácil si no tengo mensajes.
Verás, no lo es.
Ojalá pudieras saberlo.

¿Cómo lo haces?
Yo me repito el 33
Las veces que quiero besarte o abrazarte
33
como los días que llevo
o que quedaban.

Ahora son menos.

Pero más las ganas.

Y eso me azota hasta las entrañas, hasta el alma sacudida,
con alarmas de llegadas, de salidas, de ambulancias para llevarme a urgencias.

Sólo por si acaso no vuelves, o no te presentas para quererme,

Necesitaría salvarme de alguna forma.

Necesitaría borrar mil pausas entre las frases para entender qué pronunciar,
o qué preguntarme.

Necesitaría perderme otra vez para que intentes encontrarme,
o que el destino nos encuentre, sin querer, como antes,

jueves, 27 de agosto de 2015

Hay sonrisas y sonrisas

Hay sonrisas que recorren cerebros de punta a punta, parapeteando lo liviano.

Hay sonrisas que se guardan en cajones tirados, desordenados.

Hay sonrisas que remueven tripas, las hacen salir de viaje, para después no acordarnos.

Hay sonrisas plasmadas en noches a cielo abierto, y cuyos dientes son un cielo estrellado.

Hay sonrisas que se esconden en comisuras, en sueños olvidados.

Hay sonrisas que se mimetizan con la tinta para dar calidez.

Hay sonrisas que se mueven a sol y sombra, que se hacen abrigo de la piel.

Hay sonrisas que buscan otras, como un trozo de papel a su libreta.

Hay sonrisas esfumadas, que el humo no deja ver, pero sí el corazón.

Hay sonrisas que propician encuentros sin razón, sonrisas que buscan casualidades sin causa.

Hay sonrisas que maquillan tristeza, dolor y rabia. Sonrisas que mueven fuerza.

Hay sonrisas que permanecen abiertas para esperar respuesta.

Hay sonrisas que eliminan la soledad a golpe de martillo.

Hay sonrisas que no saben dónde aspirar purpurina para desaparecer.

Hay sonrisas en el metro, en la moneda del músico de la línea tres.

Hay sonrisas en caras tapadas por la convicción.

Hay sonrisas que las encuentras hasta en el congelador.

Hay sonrisas de las que quieres escapar, y te sorprenden por la calle, para sonreírte una vez más y que las recuerdes. Da igual si ha sido un momento fugaz,un hola por casualidad, un segundo sin importancia recogido de mil preguntas.
Un adiós que ha sido en silencio sin respuestas. Un universo que gira en torno a tu mente, que lo recorre sincero y no le encuentras significado. El por qué, más bien, hay sonrisas que no se olvidan nunca, ni taladrando la pared. Ni retumbando el cielo para hacer entender al suelo la desdicha y el recuerdo.

lunes, 24 de agosto de 2015

Reflexiones (VI)

Debo decir que hay varias esferas cargadas de nitidez, cómo lágrimas colgadas en puentes de goma.
Como si las visiones se tiñeran de mar para llegar mejor a la costa.
Creo en sentimientos encerrados en melodías, en frases que no significan nada y todo a la vez.
Creo en conexiones que recorren puentes colgantes hasta las encías,y terminan por las esquinas.
Creo en la revelación de que un qué oculto es como un párpado que no necesita ser abierto.
La complejidad de ciertos tonos se vislumbra en aromas y humanidad,sombras conjuntadas que se esparcen por las mesas,cafeterías repletas de tazas tintineando por el café de las doce.
El sonido de mil conversaciones que se fusionan en el aire, escribiendo una historia lista para leer.
Es tan fácil que solo se necesita caminar,y entre paso y paso se encuentra la magia en cada instante.Saboreando los vértices de primeras apariciones, de últimas impresiones sin pensar,o de colores esfumados por tergiversar. En ocasiones duele más el roce entre dos imaginarios;el choque de dos piedras sin resonar;el llanto en silencio de un niño que no es capaz de domar las realidades, como objetos puntiagudos sacudiendo el aire que nos golpea.
Se ha dejado tanto en el retrovisor, como si formara parte de la estancia,de un viaje en el que aún se puede uno bajar a repostar, quedarse en una tasca o en un bar a buscar cigarrillos.
Es como un final que no se quiere escribir, porque no se puede marchar. O porque su sitio es cambiar, girar, atravesar todas las respuestas y mantenerse, hasta encontrar ese comienzo.

viernes, 7 de agosto de 2015

Pisa(me) el freno.

Acostumbrada a correr,
a coger impulso

a sobrevolar montañas inmensas,
rascacielos

a ver mundo a través de pensamientos,
pues no necesito miradas.


Aquí has venido tú,
a enseñarme un camino

para que lo camine paso a paso

para que recorra tanta tierra descubierta

para que mire más al suelo,
cuando yo siempre he sentido el vértigo

para que el cielo me quede lejos
y no lo alcance con los brazos.



Quieres enseñarme a escalar

subir conmigo peldaño a peldaño

y disfrutar de lo que nos ofrece
lo que observamos

mientras atravesamos de la mano

ese mismo acantilado
donde yo corría sin descanso

para saltar sin miedo y volar.



Tú me has enseñado

que mis alas pueden fallar

que los acantilados
son a veces precipicios

y que prefieres cogerme la mano

a dejarme caer ante la inmensidad.


Tú me has enseñado

que un poco de cordura me revela

que puedo disfrutar del sendero

y que no se llega antes
por ir a más velocidad

sino cuando tienes unos pies firmes

y ese alguien al lado que es tu libertad

tu sueño en carne y hueso

tu meta, tu final.

Reflexiones (V)

Un texto escrito hace tiempo. Quizás por eso había parado de escribir. Escribir forma tan parte de mí que es como el libro abierto que yo no soy capaz de ser. Cuando escribo salen todas las emociones que intento guardar, o que guardo sin querer. Y cuando sale algo tan triste, una verdad que escondí durante meses y no quise escribir para que no saliera a la luz, pues más razón para no hacerlo. Es difícil reconocer que uno se deja de enamorar, que el amor se va, y que solo queda desilusión, desesperanza, y recuerdos. Despertarse y darse cuenta de que lo único que aún amas son las memorias de aquella vez, el oxígeno de ese segundo de amor, pero que ahora ya no lo respiras de esa forma. Muchas veces ese tipo de circunstancias irreconciliables no somos capaces de aceptarlas,y nos mentimos a nosotros mismos, nos escondemos de eso como si no pasara nada, y seguimos caminando por el mismo sendero. Todo ello hasta que volvemos a tropezar con esa piedra que resultó ser nuestra horma en el zapato, y no nos deja ir porque existe de verdad. Esa horma en el zapato se llama realidad.



Me he convertido en una ilusión,sometida a presiones forzadas y calladas.
Calladas porque el silencio encierra todo lo sentido en el tiempo. 
Se reparte entre costuras,entre hilos incapaces de cortarse,incapaces de crecer,
incapaces de sentir.

Aquello que se ha tejido,esa ilusión que se ha desvanecido sobre mi cama,
sobre mis sábanas manchadas del querer y no poder. 

Costura hecha trizas para el aire,para los recuerdos,para el abismo que es una sola palabra sin ser verdadera,de un hecho sin ser anunciado.

Tela teñida de azul.


Una mirada que no ha mentido,que mi voluntad la ha hecho mentir,mis deseos la han hecho compañera,la han teñido de mi color favorito.
Ya que las miradas no mienten pero nosotros las hacemos así,hacemos que mientan,en nuestra voluntad,en nuestros deseos. Y el dolor que produce la certeza de que esa mirada nunca ha sido verdadera,ni las palabras,escritas o habladas,ni los hechos vistos o anunciados. 

Esa certeza es la que duele,es la que mata,la que destroza voluntades o ilusiones. 


lunes, 3 de agosto de 2015

Te estoy...

Te estoy deseando demasiado.

En mis dos labios queda
Albergado tu nombre

Son letras que envenenan
La amargura de noches en vela
De insomnio apaciguado por no pensarte
Por no latirte demasiado

Entre los cristales empañados
Marcados de tu respiración

De tu olfato presenciando mi sufrimiento
Al querer pronunciarte palabras que ni yo entiendo
Hacer gestos que ni siento
Porque no puedo gritarte al oído lo que pienso

Que lo sabes
Más que cualquiera en este mundo

Creo que lo ha dicho un corazón
Guardado en una caja de madera
Expuesta en una vitrina
Vendida para ti en rebajas
Que sin serlo te saldría gratis

Quizás podría cobrarte una sonrisa
De esas que te salen de repente
Y hacen que canten mis pulmones.

Quizás podría regalarte el cielo
Más que el mundo entero
Y sumir al resto de mar solamente

Para que entiendas la felicidad que produce
Cada gesto tuyo por pequeño que sea
Que me borra los sentidos
Que me envuelve en caras de niño tierno
Que me devuelve la inocencia.