Lo nuestro no se olvida.
Ni con distancia de por medio,
ni con dudas, ni maldiciones.
No se olvida.
Aunque haya mil paredes delante.
Yo siempre veo a través de ellas,
como tú.
Tener fe en lo que siente el corazón
es lo que nos une todo el tiempo.
Esa conexión que no sabemos de dónde viene,
pero sí a dónde va.
A un lugar a unirnos siempre,
a notarnos cerca y ver
que hay recuerdos que no podemos dejar ir,
y que nos quedan muchos por construir.
No sé si será a tu lado,
pero yo siento algo.
Algo que me hace temblar,
que no sea capaz de dormir
si no es soñando contigo.
Que me emociona más que el resto
de los bonitos sentimientos que tengo.
Nunca he llorado tanto
por sentir con intensidad
algo que aún no es nada.
Pero el hecho de estar así
se hace algo para mí.
Esa ilusión que nos invade
y que no dejamos que se apague nunca.
El buscarnos tanto se hace nuestro
como los mensajes
que creamos al caminar.
Y yo pienso que estás ahí.
Me pregunto dónde.
Me pregunto qué estarás haciendo,
si piensas en mí como yo en ti.
Me pregunto que harás sin mí,
si necesitas mi aliento tanto
como yo necesito tu sonrisa.
Si te ha pasado lo mismo
y con el mismo sentimiento.
Si los días se hacen eternos
sin entretenimiento.
Porque es todo pensar y trasladarse.
Con las ganas de vernos y dejarnos llevar.
Con los días pasando añorando el regreso.
Y esperando aquel beso
de un reencuentro sin igual.
No hay comentarios:
Publicar un comentario