martes, 23 de julio de 2013

Fuegos artificiales

Me adelanté a tu boca,deseándome.
Arrugaste el ceño posición testaruda,
pero acabas cogiéndome en tus brazos.
Y me miras a los ojos como si nada existiera,
o si esa nada,fuera yo simplemente.

Te gusta sonreírme a veces,y hacerte el caballero andante.
Me llevas a casa,pero nunca te invito a pasar;
temerosa de lo que me aguarde,y con la certeza,
de que al cerrar la puerta,nunca quiera verte salir por ella.

Sabes que no hay espacio lleno en el que no estés tú,
no con suficiente oxígeno.
Me recuerda a permanecer sentada en un autobús,
deseando el viaje de vuelta,y a pesar del bonito paisaje,
mis ojos se centren en lo mismo que mi cabeza.

Y que al llegar a la estación,puedas estar ahí,esperándome,
y tus ojos reflejen esa luz perpetua,que queda en el recuerdo,
como los fuegos artificiales.

Viajando a ninguna parte

A punto de coger el pasaje a ninguna parte,
ha recordado aquel jardín descuidado,
a pesar de haber visto montes y parajes.

Coge rutas sabiendo lo que deja,
pero sin destino,y el motivo sin guardar.

Le gusta dejar huella,pero no equipaje.
Cualquier otra sensación es más peso en su maleta.

Sin lugar fijo,el nómada busca su sitio.
Viajando a ninguna parte.

martes, 9 de julio de 2013

Si...


Si el infierno estuviera viviente,
todo lo hermoso sería diáfano.
Las hojas serían cuchillas;
los pájaros,mensajeros del diablo.

El mar sería trampa de valientes,
el escudo de lo malvado.

La luna hipnotizaría,
el sol abrasaría a su paso.
Y el efímero,transitorio camino,
estaría lleno de brasas.

Quemados los pies,enjutas las manos.
El resplandor nos dejaría cegados.

Si el infierno nos diera cobijo,
de locura no habría hallazgo;
y la treta es ojo por ojo,
no el perdón ni la humildad del corazón.


lunes, 1 de julio de 2013

Quien lo ve lo sabe

La belleza;esa forma visual y efímera de una persona.
Una perspectiva subjetiva,a veces engañosa.
Pero con el tiempo todo se pierde.
¿Qué nos queda entonces?

El recuerdo de un ayer en fotos plasmado,
o la ilusión de una mentira que el espejo no enseña.

El tiempo saca los daños a relucir,
las heridas que se han guardado en un cuerpo joven e impoluto,
lleno de vida.

¿Quien no ama a mujer bella,o lo que ve de mujer;
ojos penetrantes,labios carnosos o curvas de infarto?

Pero quién amaría a una sombra de lo que ha sido,
con el pelo apagado,los ojos oscuros,el rostro cansado.

¿Quién?

Pues no se ha parado a pensar que es la misma mujer,
pero con el tiempo tras de sí.

Quien se ha parado a conocerla lo sabe,su esencia sigue ahí,
una mujer que años atrás cualquiera desearía conquistar.

Los que no observan lo que no es capaz de relucir en tal espejo son los verdaderos ciegos,
como ese tiempo que al pasar se queda sin mirada,
y se pierde observar la belleza que siempre se ha escondido.