jueves, 9 de octubre de 2014

Arroyo

Bella flor aquella que tiene miedo del arroyo,
que nunca ha probado,que nunca ha bebido de él.
La misma cuyo alimento es una luz que se esconde,
y duerme entre montaña y montaña.

Dígale a esa bella flor que pruebe,
que sus aguas jamás catarán pétalos tan dulces,
ni en el mejor sueño ni el último suspiro.

Dígale que se cobije del frío,
que en el invierno la escarcha ruge de su lamento,
eclipsando su belleza.

Tirite en las horas oscuras,
estará sometida al mando de su luna,
la hará su cuna,su hija y respiro.

Para que al amanecer no dude de la seguridad del arroyo,
y del mundo que se esconde a través de él.

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