El destino pinta su propio cuadro,
un velázquez donde eres protagonista y yo el miembro secundario.
Tengo la botella vacía de tantos tragos y de llorar sobre el vaso
lo que sobre tu pecho no he pronunciado.
Perdóname.
Me emborracho de tus besos y no sé recuperarme,
me despierto con resaca porque estoy en el cielo
y en un rato te noto sin saberlo.
Quiero cercionarme de que el abrazo se me guarde,
ya que tengo mucho espacio en el armario;
por si tú te vas o yo me pierdo,
que se resguarde de este tiempo.
La primavera tiene mejor vista en tus ojos,
frente a ellos miro el universo,
y entre tanta inmensidad se me paran los segundos,
el espacio y los pensamientos.
Perdóname.
No has sabido consolarme,
te he dejado entre bastidores presenciando el teatro,
sucumbiendo al color de mis manos dolientes,
de mis brazos que no agarran nada.
Maldita sea la hora en la que no me juzgaste,
y guardaste mi cumpleaños en el calendario como el acontecimiento importante,
cuando me muero por verte a diario,
y que me mates por replicarte que tu amor es mi regalo;
tu presencia,y el calor de tus labios.
No puedo,me matas,que me enveneno por tus armas.
No seas cicuta en este cuerpo.
No puedo,te quiero.
No me juzgues por hacerlo.
No he sabido valorarte.
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