Solo diré que fuiste:
La musa de todas mis canciones,
la dueña de mis despertares.
Fuiste la guía en todas mis inspiraciones fortuitas.
Como ahora mismo, que entre las sábanas acaricio
ese pensamiento que hace que me sienta cerca de ti.
Te imagino dormida, angelical, mientras tus demonios
se pelean en tu interior; parpadeas, te sobresaltas...
Te imagino soñando que eres mía
y te cobro en una noche todas las cuentas sin pagar.
Joder, eres preciosa.
Difícil despertarme a tu lado toda la vida,
si cada vez que te mire pensaré que sigo soñando.
Ahora dirás que exagero. Empezarás a numerar a
traspiés cada defecto que tienes.
Dirás que mi miopía ha aumentado, que me comprarás
un perro guía.
Y yo seguiré diciendo que me gusta todo de ti,
y más aún tu terquedad.
Que cuando piensas algo firmemente nunca te das por vencida,
y que así me enamoré de ti.
Eres una mujer fuerte y válgame Dios,
no quiero entrar en otros aspectos que me hacen suspirar.
Pero que te quede claro que cuando tú me cuentas todas esas
cosas malas que tienes yo sonrío.
Primero porque me encanta mirarte, haciendo cualquier cosa.
Y segundo porque pienso que no me importa lo malo o bueno
que tengas:
Eres perfecta para mí.
jueves, 25 de agosto de 2016
domingo, 14 de agosto de 2016
El mar
El mar tiene muchos peligros,a veces el silencio y la calma son compañeros, otras son su peor enemigo. Es difícil querer gritar tantas cosas, y cuando pronuncias un murmullo no obtengas respuesta. Sin embargo, siempre sabes que algo está ahí. Nunca te hace sentirte solo, aunque creas que estás perdido,y no veas más que una fina línea en el horizonte. Me gustaría ser viento, para soplarle al mar una brisa, y que le lleve un mensaje. Que es imposible olvidar, aquello que da calma sin ser soledad. Aquello que durante la tempestad te hace sentirte más vivo. Aquello que te aleja de tu puerto, para hacerte ver mundo, para ver tus errores desde lejos y seguir creciendo. Aquello que te acompaña allá donde vayas, aunque no lo creas a tu lado. Aquello que siempre te devuelve a tu hogar porque forma parte de él. Ese es el mar. Podría alejarme, podría adentrarme, rodearme de tierra, de campo. Podría irme muy lejos de aquel puerto y nunca volver. Podría intentar borrar esos viajes y enseñanzas, el tiempo y las aventuras, las circunstancias y los desencuentros. Podría intentarlo. Podría fallar en el intento. Podría no volver a verlo, podría no tener esa oportunidad de gritarle una vez más. Pero no podría olvidarlo. No lo creo.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)